domingo, 21 de octubre de 2012



Todas las noches se despertaba sobresaltada y envuelta en sudor y, todas las noches, giraba  su cuerpo en busca de esos brazos que la calmaban. Hacía meses que no sabía de él pero cada noche volvía a repetir el mismo gesto, reconfortándose tan sólo con el recuerdo.