lunes, 27 de septiembre de 2010

Corleone de la línea 6

Portaba su sombrero con la gracia de un gánster de los años veinte.
Su pelo, ya sin brillo, le había demostrado que el tiempo no perdonaba a nadie.
Aquí todos le conocían,
aunque ninguno supiera su nombre.
Cada mañana volvía a coger el sombrero y el bastón que tanto miedo infundieron.
Se miraba al espejo, una leve mueca y se disponía, una vez más,
a despedirse de las calles empedradas de su ciudad.

martes, 21 de septiembre de 2010

la Desgana homenajeada

No tengo ganas de escribir
pero la letra avanza sola

escribió Benedetti en una ocasión
La letra: palabras y formas
que no reconozco como mías

fuera, los niños ríen
la sirena acaba de tocar
y el sol abrasa

No tengo ganas de escribir
pero mi pluma avanza sigilosa
desgarra este folio en blanco
extrae de un todo una parte

fuera continúa el ruido
el sol sigue en la cúspide
recordándonos lo que aún nos queda

No tengo ganas de escribir

pero el sol continúa afuera

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Washboard Lisa

Las manos sobre una guitarra
la habitación silenciosa
la lluvia en los cristales
la lluvia dentro
El pelo ensortijado de quien
compone para mí
Lo ingenuo de todo aquello
las palabras
El cariño necesitado
los besos y caricias
El recuerdo extinto
Una canción que canté para ti
mi canción
Mi canción enredada en tus dedos
sujeta a las cuerdas de tu guitarra
El abrazo en la despedida
la rigidez de tu cuerpo
Las horas, los días, el silencio
El frío, la nieve
Granada
Lo lejano que me parece ahora
Extraños

Parafraseándote, Davy Jones,
"Algunas canciones deberían llamarse recuerdo"

martes, 14 de septiembre de 2010

Las calles empedradas
reflejos del sol
las estelas de colores
de coches al pasar
las terrazas al aire libre
durante la brisa de primavera
las conversaciones que danzan de mesa en mesa
las persianas recién echadas
y la fragancia de quien todavía se halla tras ellas
La sirena de un colegio cercano
y la estampida posterior de los niños
forman parte de mí
como también lo forman
las pequeñas tiendas de ultramarinos
y sus dueños de gafas y bigotes
El olor a jazmín de las casas
encerradas entre altos edificios
Los autobuses atestados de piezas de tetris
Las mañanas en silencio y
el gorjeo del café a punto de salir
Las noches de baile y cerveza
su posterior resaca
El amanecer y
el sonido de los durmientes
Las flores en las plaza
que cada día son regadas
El jardinero que las riega
Los insectos que se posan
y esparcen la vida
La mujer anciana que sale
a ganarse la vida y vende periódicos
El payaso de las bellas artes
a las puertas de una facultad sin arte
La alameda, sus fuentes y sus árboles
Los perros y sus dueños
La música, el cine, la literatura
Los taxis, los atascos, las prisas
El policía y el ladrón
La prostituta y su cliente
El cielo sin nubes
las nubes sin cielo
El pájaro en su jaula
que anhela el vuelo
Los estudiantes cansados que
regresan de su viaje
Los estresados, los borrachos,
los lunáticos, los depresivos,
las amas de casa,
los culo de sofá, los inquietos,
los apasionados y los distantes
Todos y cada uno me han visto
crecer, madurar
forman parte de mí
de lo que soy ahora y
seré mañana.
Esta guitarra ya no tiene sus cuerdas
Esta guitarra maltrecha
de lluvia y granizo
volcada en la acera
enterrada entre escombros
escudriñada por moscas
de ciudades eternas
Esta guitarra sin su mástil
es una caja vacía
de boca sedienta
Guitarra sin manos
Guitarra sin voz