jueves, 30 de julio de 2009

grano a grano

¿Alguna vez te mencionaron que eras como un mapa del tesoro?
Escondes algo reluciente dentro de ti pero tienes tanto miedo que no haces más que espolvorear una y otra vez sobre él capas de arena. Arena que una vez mojada se ha resecado con el paso del tiempo y ha quedado resquebrajada. Aún así, te cuesta trabajo apartarla. Día a día, pala en mano, vas levantando una porción pero, ni con la ayuda más grande, eres capaz de desenterrar ese tesoro.
Necesitas tiempo, más aún del que necesitaste para encerrarte.

La escapada. Sueñas con ella eternamente. Te levantas todas las mañanas asegurándote que destruirás todo lo que creías seguridad y que en lugar de eso te oprime. Te sientas de golpe en el silencio de la mañana y comprendes que nada de eso ocurrirá. Recostada como cada día comienza la imaginación a funcionar. Tu oasis construido es casi indestructible ya, pues prefieres creer que el mundo dormido es real y el resto no es más que ilusión.

Y es que todavía sigues siendo aquella muchacha algo tímida y pava que regresaba a su casa esbozando su amplia sonrisa aunque su interior fuera el mar envuelto en una tormenta.

Nadie sino tú: Charles Bukowski

nadie puede salvarte sino
tú mismo.
te verás una y otra vez
en situaciones
casi imposibles.
intentarán una y otra vez
por medio de subterfugios, engaños o
por la fuerza
que renuncies, te des por vencido y/o mueras quedamente
por dentro.

nadie puede salvarte sino
tú mismo
y será muy fácil desfallecer,
pero que muy fácil,
pero no desfallezcas, no, no.
limítate a mirarlos.
escúchalos.
¿quieres ser así?
¿un ser sin cara, sin mente,
sin corazón?
¿quieres experimentar
la muerte antes de la muerte?
nadie puede salvarte sino tú mismo
y mereces salvarte.
no es una guerra fácil de ganar,
pero si algo merece la pena ganar,
es esto.

piénsalo.
piensa en salvarte a ti mismo.
tu parte espiritual.
la parte de tus entrañas.
tu parte mágica y ebria.
sálvala.
no te unas a los muertos de espíritu.

mantente
con buen talante y garbo
y al cabo,
si fuera necesario,
apuesta tu vida en plena refriega,
al carajo las probabilidades, al carajo
el precio.

nadie puede salvarte sino
tú mismo.

¡hazlo!¡sálvate!

entonces sabrás exactamente de
qué hablo.

martes, 21 de julio de 2009

A quien yo llamé Titi

Apenas recuerdo nada de aquella tarde de junio.
Sólo estoy yo. Gafas de sol sobre el rostro, lágrimas resbalando y la oscura cuadra. Era tal el silencio que podía escuchar cómo miles de insectos devoraban la madera.
Quise decirte cuánto lo sentía, eran las disculpas de la inocencia infantil.
Quise gritar, pero no lo hice, no habría servido más que para alertar a los vecinos de mi locura transitoria.
Tus últimos años fueron soledad paseando por tu única ventana casi siempre oculta tras la cortina.
Casi puedo oír tus lágrimas chocar contra el suelo en tus noches de recluso.
Casi puedo imaginarme sentada a los pies de tu cama en tu despedida
Casi puedo decirte que no estabas solo, casi...
Si tuviera un solo deseo, regresaría a aquel día que finalizó con el cierre de tus ojos y el casi dejaría de existir.