miércoles, 23 de diciembre de 2009

DOS EXTRAÑOS

Cuzar cuatro palabras en un bar
y percibir al instante
que nada queda
de aquella vieja historia.
Que somos dos extraños, nada más.
Dos extraños
a los que la vida puso
en una esquina
el tiempo justo para engañarse un poco,
gozar también a veces,
e incluso prometerse irrealidades.
Dos extraños que esta noche se miran
con indiferencia
o apenas si se miran.
Que tienen prisa,
ganas de despedirse,
de volver a su mundo.
Y que ya ni se molestan en fingir

Karmelo Iribarren

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