sábado, 23 de abril de 2011

Violín de tres cuerdas

De pie, frente a su público. Iluminada por el único foco, su foco. Inmersa en las notas que florecen de su desvencijado violín. Silencio, el arco cae hacia su muslo. Los ojos cerrados. Silencio, la sala espera ese nuevo punteo, el choque de crin y cuerdas. El pronunciamiento.

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